HOLLADOS
Somos muchos los que pensamos que debajo del suelo hay un mundo (mucho más lento, no es fácil moverse bajo tierra) en el que hay tiempo (pensar es más rápido que actuar) para darse cuenta que un toro le va a pegar una cornada a uno.
En ese mundo no es raro que mover el torso para evitar una cornada te cueste una semana.
Es un tiempo que no llega a estar suspendido, congelado. y eso es lo peor, porque sabes que tienes espacio para esquivarlo, pero tienes demasiado intervalo para decidir si vale la pena hacerlo.
En el mundo de abajo todo es espesura y densidad. Uno ve como se acerca el cuerno y se da cuenta de que no va tener tiempo de esquivarlo. El hecho va a ocurrir.
Este toro pesa quinientos kilos y tiene cinco años.
En el mundo de afuera ya te habría metido el cuerno en las tripas al mismo tiempo que te elevaba en el aire dos metros y medio. Pero tienes tiempo para pensar porque estás en el mundo de adentro, enterrado y postergado.
"La peste del aire que no pasa", eso dice el poeta que dice el mendigo de su hogar y el preso de su celda.